Por Sue Grafton
Pasé por un divorcio muy difícil, con una agria pelea por la custodia de nuestros hijos, y no tenía dinero para un buen abogado. Así que solo podía quedarme despierta por las noches imaginando maneras de asesinar a mi ex. Y un día decidí escribirlas. La primera fue a base de hojas de adelfa.
Mi infancia fue muy dura, muy difícil. Mi padre era un alcohólico funcional. Se levantaba, se tomaba una copa y se iba a trabajar. Mi madre era también alcohólica, de un tipo más doméstico. Y cuando creces en un hogar así tienes que tener tu capacidad de observación muy afinada. Has de ser capaz de ver al instante cuánto han bebido y a qué te expones, y actuar en consecuencia. Supongo que eso me ayudó a formarme como escritora.
La escritura ha dado forma a mi vida, dotando a mis días estructura y significado. No puedo imaginarme sin escribir, porque es una parte enorme de mi existencia. Al mismo tiempo, todo lo bueno termina. Kinsey seguirá navegando mucho después de que yo me haya ido.
Social Chat is free, download and try it now here!