Por Sebastián Robles
“Outsiders: escriben pero no vienen del palo de la literatura”, puede leerse en el blog dedicado al ciclo de lecturas de editorial Outsider, que en 2010 se transformó además en una editorial de libros en papel, con cinco antologías publicadas hasta la fecha. En la actualidad, luego de un impasse, Outsider volvió en formato digital y con su ciclo de lecturas renovado. Conversamos con Valeria Iglesias, responsable de la editorial.
¿Cómo nació el proyecto de editorial Outsider?
Hacia fines de 2007 un amigo que jamás había leído en ninguna lectura del circuito porteño me dijo que le gustaría leer. Yo hacía rato que quería hacer un ciclo de lecturas. Y hacía rato que quería invitar gente a la que nunca habían invitado a leer. Personas que quizás ni siquiera sabían que existían este tipo de eventos. Así fue que organicé, en principio, una única lectura que se iba a llamar Outsider. Pero la diseñadora y amiga Caro Mikalef (diseñadora de la primera parte de Ousider) me sugirió numerar el evento, así me hizo los flyers de este modo: Outsider_01. Me dijo: “por si después te dan ganas de seguir”. Y fue tan lindo y tan cálido el evento que hicimos en el Pachamama que decidí seguir.
Esto duró más de un año, hasta que me crucé con Enzo Maqueira (lo invité a leer al Outsider_10) y hacia finales de ese año le pregunté si en la editorial en la que trabajaba publicarían una antología con todo lo que se había leído en el ciclo. Me dijo que no creía que se coparan, que solo editaban cosas comerciales, y ahí nomás me propuso hacer una editorial. Ese fue el origen del proyecto. Y quisimos conservar la iniciativa del ciclo: escritores del circuito, e incluso escritores consagrados, que ayudaran a entrar a escritores nóveles.
¿Cómo se gestó este resurgimiento?
El resurgimiento es, en realidad, una salida de un período de hibernación. El esfuerzo de trabajo y financiero que implicaba llevar adelante una editorial no me permitió seguir y necesité tomarme un descanso que se prolongó casi por dos años. Cuando estaba por aceptar que tenía que colgar la toalla apareció Francisco Cascallares con varias propuestas que decantaron en esta de los cuentos digitales. Y de la mano de Francisco, vino Jorge Churio. Así fue que desde fines del año pasado estamos trabajando para darle forma a lo que ya está asomándose y saldrá a la luz con todo el 27 de septiembre cuando presentemos La frontera durante, con textos de Leticia Martin, Yamila Bêgné, Ana Ojeda, Natalia Zito, Analía Medina y Flavia Pantanelli.
El acceso a la primera publicación suele ser todo un tema para los jóvenes escritores. Desde tu rol como editora, ¿cómo se hace para poner en circulación estos textos, una vez publicados?
La clave está en la difusión. Pero en la difusión más allá de la prensa más destacada y en papel. Creo que funcionan más este tipo de blogs, o revistas digitales que apuntan a un público más habituado a leer lo que no es mainstream. Conectarse en las redes sociales, hacer alianzas con otras pequeñas editoriales, combinar la edición de libros con los ciclos y las ferias y las muestras, etc. Sin embargo creo que todavía se hace difícil dar el gran salto. La mayoría de la producción se consume entre los mismos que producen. El gran salto sería llegar a lectores que no necesariamente sean escritores. El gran salto sería convertirnos en verdaderos outsiders: salir de la endogamia.
¿La publicación digital facilita o dificulta este proceso?
Una de cal y una de arena. La publicación digital implica que, en potencia, uno tiene una ventana a la que puede acceder todo el mundo. Entonces sería una buena oportunidad para dar ese salto. Sin embargo, no alcanza con estar en internet. El simple hecho de estar no te hace visible. Nuestro plan es invertir tiempo y esfuerzo en difundir lo que hacemos más allá de la General Paz, cosa que la liviandad de lo digital lo hace más fácil que el papel, que implicaría envíos, impuestos, burocracia de exportación que no tenemos la capacidad de afrontar.
¿Cómo fue el proceso de selección de los cuentos incluidos en La frontera durante?
Parte de los textos habían quedado en carpeta para cuando la editorial entró en stand by. Quedé en darles la devolución a las autoras (que no eran todas las que quedaron) y el tiempo se fue pasando, y todo se fue postergando. Aunque me resistía a que quedara en la nada, así que de tanto en tanto las volvía a contactar para avisarles que mi intención era hacer algo con ese material. Por supuesto que esta pausa eterna hizo que algunas escritoras salieran del proyecto, por necesitar los textos para otras publicaciones o porque justo cuando retomamos estaban muy ocupadas en otras cosas. Así que con Francisco analizamos lo que había, convocamos para tener otros textos y finalmente, a él se le ocurrió que podíamos salir con más de un texto por autor o autora. Así surgió la idea de una colección: Escrituras. Es una colección que busca mostrar, con más de un texto por autor, cómo escriben esos escritores o escritoras.
¿Cuáles son los planes de la editorial para el futuro?
Ya tenemos pensados dos antologías más para la colección Escrituras, una de ellas ya con material en carpeta. Y además tenemos dos libros de cuentos más para sacar antes de fin de año. Libros de un solo autor. Y creo que la pausa del verano la vamos a usar para terminar de definir los próximos libros. Además, recibimos material a través de nuestro sitio: www.eloutsider.org