El HAKA de los cuentos

Por Victoria Minoian

Un relato de la última narración de cuentos de 2015 en la Escuela Primaria Nº 14, en el marco del Programa de narración oral en escuelas de Villa Rosa (Partido de Pilar) que Casa de Letras lleva adelante desde el año 2005, con el apoyo de la empresa FV dentro de su programa de responsabilidad social empresaria.

Por estos días circula en las redes sociales un video que captura el homenaje que fans, colegas y amistades le hicieron a Jonah Lomu, el mítico jugador de los All Blacks, quien falleciera recientemente. Ví el video unas cuantas veces y ademas de observar el modo en que los asistentes presentaron sus respetos no pude dejar de pensar en la gratitud que deben de haber sentido todos los que se reunieron para brindarle un último Haka en el estadio de rugby.

Gratitud. Ese es el término a utilizar cuando uno siente estima por un otro que ha dejado huella en su camino y desea corresponderle de alguna manera.

Y eso es lo que tanto yo como mis colegas(*) vivimos el jueves pasado durante nuestra última visita del año por las escuelas de Villa Rosa, Partido de Pilar, Provincia de Buenos Aires. Sucedió en la Escuela Primaria Nro. 14, donde los maestros de Primer grado nos estaban esperando ansiosos – a pesar de tener escasos 10 alumnos entre las cuatro divisiones (la compañía eléctrica les anuncio un corte programado y como es usual en estas escuelas tan humildes los chicos casi no asisten a clase cuando hay infortunios de este tipo) – para escuchar la última contada de cuentos. A estos niños se les sumaron sus madres que aguardaban la hora para retirarlos. Nos trasladamos al área del comedor que era el sitio con mayor iluminación natural posible y sin querer tuvimos una audiencia diversa en un espacio fuera del aula tradicional.

Al finalizar nuestra contada y despedirnos hasta el año que viene, el maestro Gustavo se paró y, con una ceremoniosidad inesperada describió el proyecto “paralelo” que desarrollaron durante todo el 2015 con los alumnos: ilustrar los cuentos e historias que ellos escuchaban jueves de por medio y en clase habitual. Al finalizar su explicación desenrolló un lienzo que -prolijamente cosido y sujetado a una vara – disponía de cuatro bolsillos conteniendo todos dibujos hechos por los niños.

Y en nombre de todos los maestros de primer grado y los niños, nos lo regalaron.

Las cuenta cuentos nos quedamos mudas, como quien se queda sin voz de repente o se le quita la flauta al flautista.

Una mamá colaboró también en la preparación del souvenir de fin de año: un mini pan dulce envuelto y atado a una cinta con un mini libro de cuentos cuyo título decía ”Proyecto Narradores 2015”.

Nos tomó un tiempo recomponernos de la sorpresa y de ese océano de cariño expresado. Y…, sí…para qué ocultar la emoción.

Una frase corona ese pendón: “Gracias por brindarnos la posibilidad de viajar a mundos maravillosos en cada narración”.

La gratitud que recibimos de estas criaturas y sus docentes no tiene precio. No hay palabras que le hagan justicia a este gesto. Fue como recibir un canto maorí ilustrado, un homenaje cuidadosamente pensado a través de meses de trabajo silencioso, dedicación afectuosa, labor de hormiguita, en pos de un sentir que se ha venido gestando desde hace bastante tiempo. Un regalo que habla por sí sólo y que de alguna manera nos dice: misión cumplida.

La gratitud es también de nosotros a ellos. Y de corazón. Muchísimas gracias!!. ¡Feliz 2016! Hasta la próxima.