El lunes 6 de mayo comienza en nuestra Escuela de Escritura Online una nueva edición de Palabras en juego, el programa anual de literatura infantil y juvenil de Casa de Letras, a cargo de Natalia Méndez. El curso está pensado para quienes no desean trasladarse o ceñirse a un horario específico de clase. Se desarrolla en un aula virtual, espacio en el que se proveen todos los materiales necesarios. La inscripción está abierta.. Conversamos al respecto con Natalia Méndez.
¿Cuál es la diferencia entre la literatura para chicos y la literatura para adultos?
Esta es una zona gris, porque según desde dónde se plantea, cambia la respuesta. Por lo pronto, se podría decir que se trata de la literatura dirigida a los chicos -sin que esto tenga que ver con cuestiones didácticas o moralizantes- pero, por otro lado, a lo largo de la historia, los lectores se apropiaron de obras que no les estaban destinadas en primera instancia.
La infancia, se sabe, es una construcción histórica bastante reciente, y como tal, además, cambia con el tiempo y las culturas.
Michel Tournier, en un artículo en donde se pregunta sobre esta cuestión, señala que son esas obras escritas con tanto genio que todos pueden leerlas, «incluso los niños».
Durante el curso, si bien no vamos a hacer un recorrido histórico por la literatura para chicos, sí vamos a explorar un poco esos territorios grises y cambiantes, porque plantearse estas dudas sirve también para ajustar las motivaciones propias a la hora de acercarse a esta literatura, como lector, como mediador de lectura y como escritor.
El eje en lo literario nos permite una mirada más amplia, y desde ahí, ver las especificidades de los libros para chicos.
¿Qué papel juegan las ilustraciones en la literatura infantil y juvenil?
Muchas veces los libros para chicos suman esta dimensión gráfica de las ilustraciones y en parte también del diseño, para crear sentido de lectura. Un sentido ampliado y propio, que más allá de la relación con el texto -que es fundamental, claro- también tiene su tradición, su historia, su lenguaje, por supuesto. En el curso abordaremos el tema de forma teórica (¡no es un curso de dibujo!) para explorar y conocer esa parte fundamental del mundo de los libros para chicos.
¿Cómo está estructurado el programa de Palabras en juego?
La idea es, clase a clase, ir recorriendo recursos, formas y temas, a partir de la lectura de ficción, y de artículos teóricos o críticos para llegar a la propia escritura. Algunas cuestiones son más generales y otras más específicas. Pero de esta forma, durante todo el curso, abarcaremos cuestiones variadas en relación a los libros para chicos y a la escritura.
Algunas de las clases tendrán que ver con cuestiones de la ilustración, la imagen y el diseño en general, y algunos aspectos editoriales, ya que creo que todo suma para conocer mejor el contexto en donde los libros para chicos se producen y circulan.
Pero si bien partimos de esta propuesta de conocer obras, autores, tendencias y géneros, hay un eje que recorre todo que es el ejercicio propio de escritura, como práctica o con el fin de trabajar un proyecto propio.
¿Qué textos se leerán durante la cursada?
Se propondrá la lectura de obras clásicas y contemporáneas, y de autores de diferentes lugares. Sin afán histórico ni exhaustivo, intentaremos conocer diferentes voces narrativas y modos de contar, la utilización de ciertos recursos, las características generales de cierto tipo de libros, para explorar como lectores y escritores.
¿A quiénes está dirigido el curso? ¿Es necesario que los ingresantes cuenten con alguna preparación o formación previa?
El curso está dirigido a interesados en general en los libros para chicos. No hace falta ninguna preparación o experiencia previa en el tema pero sí, por supuesto, las ganas de acercarse a la literatura para chicos y a explorar la propia escritura enfocada a estos lectores.
¿Cómo fue el trabajo de adaptar los contenidos a esta modalidad online? ¿Son los mismos contenidos, o hay alguna diferencia entre unos y otros?
Los contenidos son los mismos en uno y otro. La diferencia es solo de orden, por cuestiones organizativas y de tiempos diferentes que requiere el contenido online, que son quince módulos (mientras que el presencial son 30 encuentros), así que se agruparon de modo distinto para la nueva modalidad. El trabajo de adaptación es intenso, ya que se requiere un énfasis diferente. Mientras que en la versión presencial podemos tal vez explayarnos más en la exploración de material, compartir comentarios en el momento sobre las obras que estamos leyendo, y así muchas veces partir desde ahí para los temas específicos, para la modalidad online tratamos, de alguna forma, de abarcar -según la experiencia- todo eso en el planteo inicial de cada clase, y dejar para los foros o la video-reunión el intercambio más específico sobre alguna obra en particular de las comentadas. .
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