El jueves 11 de febrero comienza en Casa de Letras el taller de lectura y escritura “Mundos imaginarios”, a cargo de Sebastián Robles. El taller propone un recorrido por algunos aspectos de la ciencia ficción y la fantasía en el siglo XX. Conversamos con Sebastián Robles al respecto.
¿Por qué creés que la ciencia ficción despierta un interés creciente en los lectores?
La ciencia ficción tuvo, históricamente, un grupo de lectores asiduos y muy exigentes. En sus más tempranos comienzos, como atestiguan Asimov y otros pioneros del género, este público ni siquiera era lector de literatura, sino personas que provenían de la ciencia o que sentían un interés o afinidad por la tecnología: ingenieros, radioaficionados, lectores de revistas de divulgación científica en general. Este motivo, sumado a la desprolijidad de algunos escritores de la primera época (“el 90% de la ciencia ficción es basura, pero el 90% de todo es basura”, solía decir Theodore Sturgeon), motivó que el género fuera considerado “menor” o incluso “infraliterario” en algunos círculos. Esta idea comenzó a resquebrajarse bastante pronto, en los años 50 y 60, de la mano de autores como Ray Bradbury, Philip K. Dick y James G. Ballard, y de editoriales como la argentina Minotauro, pero tuvieron que pasar unas cuantas décadas más para que la ciencia ficción se desbordara e invadiera los otros géneros, tanto en la literatura como en el cine. Esto se debe, entre otros factores (como la calidad indiscutible de algunos escritores del género), al papel que tiene la tecnología en nuestras vidas cotidianas. Mientras que el lector del siglo XX fue testigo, víctima y protagonista de desarrollos tecnológicos como el automóvil, la bomba atómica y la carrera espacial, entre muchos otros, nosotros lo somos de las redes sociales y de la digitalización de nuestra experiencia, que invade todos los órdenes: el laboral, el político y el de nuestra propia intimidad. La ciencia ficción reflexionó sobre estas relaciones con la tecnología desde su mismo origen. Todo gran escritor de ciencia ficción es, además, de manera explícita o no, un pensador de la modernidad.
¿Por qué elegiste el género como escritor, además de como lector?
No me considero un escritor de ciencia ficción, pero crecí leyendo el género y eso me debe haber marcado. Desde los libros de la antes mencionada editorial Minotauro hasta los viejos ejemplares de la revista Péndulo que había en casa. Más bien, si alguna vez tuve la suerte de escribir algo que denotara esas lecturas, creo que la ciencia ficción me eligió a mí. Las razones más profundas están relacionadas con mi respuesta anterior, es decir: la ciencia ficción me da herramientas que me sirven para entender el mundo en que vivo. ¿Qué es Facebook -y cualquier otra red social- sino un planeta con su propia legalidad, igual que los planetas donde aterrizaban los viajeros en los cuentos de la ciencia ficción clásica? ¿En qué se altera nuestra experiencia a raíz de la visita a estos mundos? ¿Cuáles son los peligros que acechan?
¿A quiénes está dirigido el taller? ¿Cuál será la metodología de trabajo en clase?
Está dirigido a cualquier persona interesada en acercarse, a través de la lectura, a la ciencia ficción, y en especial a esta particularidad del género, que es la de crear mundos imaginarios. Vamos a leer cuentos clásicos (y otros no tanto), a desarmarlos, a ponerlos en contexto y a explorar de qué están hechos. Este camino puede llevar, en algunos casos, a la escritura, que será estimulada con consignas en cada clase.
Más información acerca del taller de lectura y escritura “Mundos imaginarios”.